Los propietarios de locales, así como los inquilinos de viviendas, encuentran a veces un estorbo en el gotelé, un revestimiento para paredes que ya está pasado de moda. Se trataba de un recubrimiento para paredes mal niveladas, una manera de disimular imperfecciones de un trabajo mal realizado. Hoy en día no es necesaria esta antiestética solución. Por el contrario, se prefieren paredes lisas o con estucos modernos, pero siempre adecuados a las exigencias y gustos de los usuarios. La eliminación de gotelé es uno de los trabajos que realizan los profesionales pintores. Cuando los clientes pidan paredes lisas para que luego sean pintadas convenientemente (o decoradas con papel pintado o vinilos), han de entrar en contacto con profesionales de la pintura, los cuales le ofrecen diferentes variantes para deshacerse del feo gotelé.
Una de las alternativas que se proporcionan es realizar un enlucido superficial de la pared, de modo que el producto aplicado tape los granos del viejo estuco. Los resultados son muy satisfactorios, pues una vez ultimada la tarea, la superficie de la pared presenta un aspecto totalmente liso. También es posible suprimir completamente el gotelé antes de aplicar la nueva capa de pintura. Para realizar este trabajo, se utiliza maquinaria especial, la cual lijará la superficie mientras absorbe los residuos que se desprenden, evitando que la estancia se llene de polvo y partículas de pintura vieja.
También los pintores profesionales se encargan de optimizar los muros antes de la aplicación de pintura definitiva, sean muros afectados por grietas más o menos grandes, por manchas de humedad, huecos, desconchones... Los paramentos verticales y el techo habrá de quedar en perfecto estado para que el acondicionamiento del edificio sea el mejor. Otra de las razones para eliminar el gotelé, es dejar las paredes preparadas para la colocación de vinilos, un trabajo no factible sobre gotelé y paredes rugosas.